domingo, 31 de marzo de 2013

Bitácora. Parte V. Viena

Llegué a la estación de autobuses de Viena a las 5:00, al bajarme experimenté más frío que en toda mi vida. Eran cerca de -5 grados, pero con humedad cero. Las tormentas de -16 en la Baviera no eran tan frías. El lado positivo es que eso indicaba que el cielo estaría despejado. Soy muy de estudiar meteorología recientemente. La máxima estaba pautada cerca de los tres grados. Logro conseguir la estación del metro para ir al centro, pero me quedo dando vueltas de tren en tren por una hora, hacía demasiado frío para bajarse.

Hago tiempo y me bajo en el centro, nunca había estado tan agradecido de conseguir un Starbucks en toda mi vida. Fui el primer cliente, estuve allí más de dos horas sin quedarme dormido, eso sí que era un récord. Recargué todas mis baterías y me conecté a WiFi. Busqué un hostal, necesitaba un lugar donde bañarme y dejar mi mochila. Viena era grande y tenía sólo un día, necesitaba estar fresco y rápido.

Ya bañado, procedo a abordar la ciudad. Primero voy a la oficina de turismo a aprenderme el mapa de la ciudad y preguntar por los sitios a visitar. Viena no era Múnich ni Ginebra, no tenía vasto conocimiento de la ciudad. Tenía que visitar dos palacios alejados del centro, la sede de la ONU y el recorrido a pie por el centro histórico. Lo único que me iba a faltar era ir a la ópera, pero eso será para cuando devengue ingresos propios.

Primero a los palacios de Schönbrunn y Belvedere, en ese orden. Ahora recomiendo visitarlos en orden inverso por el impacto de Schönbrunn, esa misma razón por la que me niego a visitar la Capilla Sixtina hasta que no haya visto el resto del mundo. Schönbrunn era la sede de gobierno del Imperio Austro-Húngaro, espectacular en todo aspecto, la visita toma tiempo pero vale la pena. Después a Belvedere, palacio secundario donde no hay mucho que ver, me cabreó el hecho de haberme tomado el tiempo en ir hasta allá.

De vuelta al centro, en ese momento llevaba tres viajes en el Metro de Viena sin pagar, era un cachondeo, no tenía torniquetes. Me dirijo a la sede de las Naciones Unidas, no había nada interesante allí, solo la división del Danubio y la Isla del Danubio que estaban cercanos. Aquel río que permitía que Viena fuera la conexión entre este y oeste de Europa y que permitió el crecimiento de Austria como civilización. Sin embargo, en la zona estaba el Pratter, uno de los parques temáticos más antiguos y famosos de Europa junto al mítico Tivoli de Copenhagen. Personalmente, me gusto mucho más el de la metrópoli danesa. Claro, mis puntos de vista son subjetivos, yo siempré tendré a Dinamarca en lo más alto del mundo. Y a Bélgica, y a Euskadi, y a Galicia, y a Boston (Aunque nunca haya estado en Boston), y a la Baviera.

Daba de cuenta que en pocos días había visitado dos de las tres sedes de las Naciones Unidas, Ginebra y Viena; faltaba Nueva York. El día en que vaya a Nueva York me estaré un día y seguiré hacia Filadelfia, de allí a Boston intensivo, esa sí que es una ciudad que vale la pana visitar. Ya caía la tarde, se mantenía el frío pero sin comparación del que sentí cuando me bajé del bus en la mañana. No recuerdo haber pasado tanto frío en mi vida. Me devolvía al centro, al café de la Ópera de Viena, el mejor café que he degustado en mi corta (pero plenamente vivida!) vida.

Procedía a dar la vuelta por el centro, Plaza de los Héroes, Ópera de Mózart, Universidad, Monumento a Beethoven, Ayuntamiento, Palacio de Gobierno, Cátedral de San Esteban de Viena. Los edificios de Viena eran uno más espectacular que el otro. Era una ciudad magnífica, la comida era bastante buena, lis mariscos además eran sorprendentemente tolerables, mezclaba a la perfección lo clásico y lo moderno. Sólo le jodía el clima. Sin embargo, Múnich (E inclusive Zúrich) son ciudades de habla alemana que son mucho más de mi preferencia.

A Viena le faltaba algo, en Viena no había fútbol, estaba falto de la necesidad más básica de un hombre. El equipo más popular de Viena era el Bayern de Múnich, que no jugaba en Viena ni en Austria. La Selección de Austria y los equipos de Viena eran muy secundarios. Pregunté si tenían alguna estatua de Schwarzeneger, el tipo que le enseñó a los Americanos que Austria no era una isla pequeña junto a Australia. Era más probable que la tuvieran de Beckenbauer, Lahm, Kroos o Schweinsteiger. En Viena sólo conocen a Mózart y a los jugadores del Bayern.

Me devolvía a la estación de autobuses. Hice un total de 10 viajes sin pagar en el metro de Viena. Mi autobús salía demorado, tenía que llegar a Bergamo a tomar un avión en 36 horas. No entendía porque se demoraba el bus, todos hablaban Alemán, la estación estaba llena de Gitanos que iban a Europa del Este. Me terminó salvando y orientando una Chilena que hablaba Alemán. Es increíble como me complico en esas nimiedades pero no tengo problema de enfrentarme a tormentas de nieve en medio de la nada en la Baviera alemana. Iba a la ciudad grande más cercana a Bergamo, serían12 horas de trayecto. Destino: Milán (Y San Siro!).

jueves, 28 de marzo de 2013

Binnacle. Part IV. Munich.

I head out Munich's central station, with a more or less accurate idea of everything I had to see in the city. I had learnt both the city and tube maps. I had a Bayern-Ticket, basically a travelcard that allowed me to use any medium of transportation, the same travelcard I had used hours earlier to conquer the Bavaria. Time was about 12:15, dry cold but not as cold as in the early morning. The sun had came, weird day on Bavaria. My first stop was obvious, the BMW factory.

I made it to the factory and I took on the tour of BMW's facilities, photos were not allowed. I follow to the exhibition part of the tour. The manufacture of the BMW is supposed to be amazing, but I was just falling asleep everywhere, cars are just not my deal. I was more interested into the exhibition part, where I had the opportunity of driving a BMW (Without going outside the facilities, as I got scared by the fact that in Germany nobody drives below 120 kmh) and where I was finnaly able to take some pictures. I was the only person that was not wearing a suit in the whole plant, I felt like a bump, cliché from the coffe shops at Geneva.

Munich is extremely modern, it has FC Bayern, pays quite decent salaries and it has very good food. Moreover, Bavaria is a region with a bit of its own culture and history, differing from the rest of the Germany, and they are basically better in everything than the rest of the country, just like the Basque Country or Galicia in Spain. Also, its complicated geography and weather made its access somehow complicated over history.

Parting from the BMW plant, I walked around Munich's Olymic Park, which is nearby the cars factory. I skipped the Olympic Stadium tour. Munich certainly built itself to host the Olympic Games, facilities were top-of-the-league. The Olympic Tower offers some breath-taking views of Munich and the Walk of Stars has handprints from Metallica and Rammstein, among others. Amazing.

And then, it was just about time to visit the holy ground, the Allianz Arena, home of FC Bayern and the best football stadium in Europe. Is just amazing, I climbed a fence to see part of the pitch and the interior, and I saw the whole exterior of the stadium. I did not pay for the tour, so I'm still missing the press area and the changin rooms. Total success, no alarms were shooted and I did not get kicked out of the place.

My mind was then clear. Learning German is my new mission. Graduate quickly, move to Munich, become a Bayern's member with my own season ticket, finding a German girlfriend and having two blonde albine sons named Franz and Bastian (After Beckenbauer and Schweinsteiger, naturally) to play for Bayern since a young age. If not, I could still go to Munich to become a concierge, the Galician way.

From the Allianz, I went back to the city centre for a stroll. Cathedral, Town Hall, DeutscheMuseum and the English Gardens, home to the biggest beer garden in Europe and to the biggest Oktoberfest in the world. Bavarian beer cannot be compared with any other beer, fact. I'm definitely coming back to Munich, hopefully for Oktoberfest.

Munich has this thing in common with London, this thing that I still cannot clasify as a vice or a virtue. Everything closes early. At 21:00, the city turns its lights off and everyone is in bed before midnight. I personally think that is more of a virtue. Being out until late and arriving home at the early hours of the morning is a disgusting vice every latin country suffers and that will keep us away from reaching that German/Anglosaxon degree of development.

I was having trouble assimilating that I had visited Neuschwanstein Castle, Allianz Arena, Munich Olympicpark and the BMW Plant; been in a snowstorm, conquered the Bavaria and spent around four hours among trains in the same day. It was just too much.

At night, I went back to the central station, charged my batteries and took a train to the German-Austrian border near the Eagles's Nest (Hitler's palace) from where I was supposed to take a short bus ride to Vienna. I conneceted to WiFi and bought a return flight ticket from Bergamo to Santander, flying to Madrid was about 120€, Santiago was around 100€ while Santander was at the lovely price of 11€. Later I would descifrate how to get from Vienna to the north of Italy to catch the flight. My train departed at 23:00 and I was supposed to arrive at Vienna at 5:00. Adventure continues.

Bitácora. Parte IV. Múnich.

Salgo de la estaciób entral de Múnich, tenía idea de más o menos todo lo que había por recorrer, me había aprendido el mapa del metro y de la ciudad. Tenía un abono que me permitía explotar cualquier medio de transporte bávaro, el mismo que me había valido para conquistar la Baviera. Era mediodía, hacía frío seco pero nada que ver como el de la noche. Había salido el sol, un día rarísimo en la Baviera. La primera parada estaba clarísima, la planta de la BMW.

Llego a la planta, me dan el tour en el que prohiben fotos y paso a la parte de exhibición. La fabricación de los BMW era supuestamente impresionante, yo más bien me quedaba dormido, los coches no eran lo mío. Lo que me interesaba era pasar al pabellón de exhibición, donde me dejaron manejar un BMW (Sin sacarlo del recinto, porque me dio miedo, ya que en Alemania tocan corneta a quien conduzca por debajo de 120 Km/h) y donde pude hacer un par de fotos. Era la única persona que no estaba en traje en la planta, me sentía como un vago, cliché de las cafeterías ginebrinas.

Múnich es moderna, tiene al Bayern, paga bien y se come bien. Además es la Baviera, son una región con cultura e historia propia y diferente del resto de Alemania, pero son mejores que el resto del país, son un poco como el País Vasco o Galicia en España. Fue además inaccesible históricamente por su clima (Que sí es jodido) y geografía.

Desde la BMW, toca recorrer el parque olímpico de Múnich, contiguo a la fábrica. Omitiremos la visita al Estadio Olímpico, las atracciones principales son la Torre Olímpica y el Walk of Stars. La verdad es que Múnich se dotó muy bien para sus Juegos Olímpicos, las instalaciones eran de lujo. La Torre Olímpica ofrece unas vistas impresionantes de todo Múnich y el Walk of Stars tenía las huellas de Metallica, Rammstein y otros; era increíble.

De allí toca ir al templo, al Allianz Arena, casa del Bayern y mejor estadio de Europa. El estadio es acojonante, logré ver la parte del campo saltando un par de rejas y todo el exterior, pero me ahorré el tour así que no pasé a vestuarios y sala de prensa. Éxito total, no sonó ninguna alarma ni me expulsaron del recinto.

En ese momento la tuve clara, la nueva misión sería aprender alemán. Es graduarse rápido y venir a trabajar a Múnich, hacerme socio del Bayern, buscarme una novia Alemana y tener hijos rubios y albinos que se llamen Franz y Bastian (Por Beckenbauer y Schweinsteiger) que desde los tres años sean canteranos del Bayern. Múnich era totalmente increíble. Igual aplicaba la del Gallego, montaba una Conserjería en Múnich.

Del Allianz se pasa a recorrer el centro de la ciudad, cátedral, ayuntamiento, DeutscheMuseum y los Jardines Ingleses, que son el mayor jardín de cerveza en toda Europa y la sede del Oktoberfest más grande del mundo. La cerveza Bávara no tiene comparación. A Múnich se vuelve, que yo diga eso de una ciudad es díficil. Para un Oktoberfest, seguramente.

Múnich cae en eso de Londres que no sé si definir como un vicio o una virtud, todo cierra temprano. A las 21:00 se apaga la ciudad, todos en cama antes de medianoche. Para mí es cada vez es más una virtud. Esa mala y desagradable costumbre de que todo sea hasta tarde para luego llegar de madrugada, es un cáncer que sufre cada país latino y que nos cohibirá de alcanzar el grado de desarrollo germano/anglosajón. Muy enamorado de Baviera como región.

Me costaba asimilar que había visitado el Castillo de Neuschwanstein, el Allianz Arena, la Villa Olímpica de Múnich y la planta de la BMW; estado en una tormenta de nieve, conquistado la Baviera y pasado 4 horas entre trenes en un mismo día. Era mucho.

Volvía la estación central, recargaba las baterías y pillaba un tren a la frontera austríaca cerca del Nido del Águila (El palacio de Hitler) y de allí un bus corto a Vienna. Conseguí WiFi y compré un vuelo de vuelta, de Bergamo a Santander, volar a Madrid costaba 120€, a Santiago 100€ y a Santander 11€; después descifraría como llegar al norte de Italia para agarrar el vuelo. Mi tren salía a las 23:00, se suponía llegaba a Vienna a las 05:00. Seguía la aventura.

miércoles, 27 de marzo de 2013

Binnacle. Part III. Bavaria.

I had arrived to Munich's bus station at 1:00. My morning train to Bovaria was supposed to depart 5 hours later. I had to sleep along the Münchner rail platforms. Dry cold, no humidity at all and about -5 degrees in the open field. The coldest experience of my life. I found an available plug, my batteries were now charged. I was devastated. A Red Bull and a hot dog helped me to stay awake and get going in the morning.

The Neuschwanstein Castle was the destination, the one from the Disney tales. The normal route was a 2-hour train to Fussen and a 5-minute bus. My route, due to time and money constraints, was the most illogic thing ever. A first train to Weilheim, Münchner suburb, change of trains and a second train to Peißenberg, a Bavarian village in the middle of nowhere. I had to take then an 80-minute bus at Peißenberg, without any idea of German, without any idea of where the bus stop was. I had written an email to the Peißenberg's Town Hall, to see if somebody could help me out. Biggest shock of my life:

I got off at Peißenberg rail station when these two lads approach me as one of them says "Excuse me sir!" in fluent English. They were the Major of Peissenberg and a translator they had brought over from Munich. Recognising me was an easy task, I was the only person getting offer there and they knew the time my train was supposed to arrive. They took me to the bus stop and showed me how the village was like. I was the first tourist in the history of Peißenberg, nice-looking village. They offered me a place to be back at Peißenberg. I personally think that if I go back to Peißenberg with a group of people, they will give me the keys of the village. They gift me a sandwich for the road, with sausage and some type of mustard. I don't know which sauce they added to the sandwich, but it was the best sauce I had ever tried in my whole life. I'm too much in love with Peißenberg, is AMAZING.

I got on the bus to Neuschwanstein, everyone starred at me when I enterred the bus and tried to speak English to the bus driver. The way there was just amazing, at the begining we went past some other bavarian towns where everything was green. Then, the bus started going uphill, plenty of pinetrees, everything covered in white and the begining of a snowstorm.

Those are the moments where I thank being a human GPS and a human compass, capable of memorising any maps within minutes and orientate myself practically everywhere.

I had arrived to Hohenschwangau, the village at the bottom of Neuschwanstein. I bought my ticket, the castle was meters away, imposing itself over the mountain. There were three ways of getting there. The posh ones would have chosen to ride a horse carriage. Normal people would have chosen to take the bus. Abnormal people would have chosen to walk for two kilometers uphill fighting against cold, rain and mud. Of course, I choosed the third option.

The castle tour took about half an hour and it wasn't such a great deal. But the scenery was just top-of-the-league, everything covered with snow, nestled in the middle of a Bavarian mountain. At the end of the tour, the snowstorm inflamed and going downhill had became an life-challenging sport. The holes in my Converse were pretty much of a pain in the arse. The snowstorm was really strong, but it wasn't colder that the night at Munich, that was the best way to comparing wet and dry cold.

By the way, Bavarian food was just amazing! Incredible hot dogs and burgers, homemades as the ones I like the most, not like the plastic ones they serve at Burger King, not like the ones they use to raise the American society. And beer was increidble.

I came back to Hohenschwangau, took a bus to Fussen and a couple of trains to Munich. I was back at the Bavarian capital after two hours. The first train was anestesical, I had slept since the moment I took my seat until the moment the alarm clock ringed. The second train was brilliant, heaters wre extremely hot so I used them to dry mi shoes and socks. My feet were now drier and I was back into Munich.

Quick shower at the Hauptbahnhof (Central Station) and I was ready to explore Munich. The sun had arised in the Bavaria, that was a bit of a unexpected event.

martes, 26 de marzo de 2013

Bitácora. Parte III. Baviera.

Llegada a la estación de autobuses de Múnich a la 1:00 AM. Mi tren a la Baviera salía 5 horas después, tocaba dormir en los ándenes muniqueses, la experiencia más fría de mi vida. -5 grados a campo abierto, húmedad cero. Conseguí enchufe por dos horas, baterías cargadas. Yo, devastado. Un Red Bull y un perro caliente me ayudaron para mantenerme despierto.

El destino era el Castillo de Neuschwanstein, aquel de los cuentos de Disney. La ruta normal era un tren a Fussen y un autobús de 5 minutos. Mi ruta, por tiempo y dinero, era un insulto a la lógica. Mi primer tren iba a Weilheim, suburbio muniqués, de allí trasbordo a Peißenberg, aldea bávara en el medio de la nada. En Peißenberg tenía que tomar un autobús de 80 minutos, sin idea de alemán, sin idea de donde estaba la parada. Le había escrito un correo al ayuntamiento de Peißenberg indicándoles mi itinerario, para ver si alguien me orientaba. La sorpresa de mi vida:

Me bajo en la estación de Peißenberg y dos señores se me acercan a medida que uno dice 'Excuse me sir!' en perfecto Inglés. Eran el alcalde de Peißenberg y un lingüista que trajeron de Múnich. Reconocerme era fácil, era el único que se bajaba allí y ellos sabían a que hora llegaba. Me llevan hasta la parada del bus y me enseñan lo poco que había de pueblo. Fui el primer turista de la historia de Peißenberg, aldea que mola. Me ofrecieron casa cuando volviera a Peißenberg. Flipaban conmigo, creo que si voy con más gente, me regalan las llaves de la ciudad. Me regalaron además un bocata para el camino, de salchicha con una especie de mostaza. No sé que salsa llevaba, pero era le mejor salsa que probé en mi vida. Muy enamorado de Peißenberg, es increíble.

Me monto en el Bus hacia Neuschwanstein, todos se me quedan viendo al entrar cuando intenté hablar Inglés al conductor. El trayecto es impresionante. Al principios son aldeas bávaras y todo verde, casas de madera. Después, obtuve la impresión de que el autobús ascendía en altura, bosque conífero, todo cubierto de blanco y empezaba a caer la nieve.

En ese tipo de momentos agradezco ser un GPS humano, capaz de memorizarme un mapa en segundos y de orientarme en cualquier lugar del mundo como una perfecta brújula humana.

Llegaba a Hohenschwangau, la aldea al pie de Neuschwanstein. Compraba mi ticket y el castillo estaba a unos pasos, se imponía sobre la montaña. Habían 3 formas de subir. En carruaje, para los más pijos. En autobús, para la gente normal. Subiendo una pendiente de 2 kilómetros con lluvia y lodo, para aquellos que están mal de la cabeza. Por supuesto, me decidí por la tercera.

El tour del castillo dura una media hora y no es la gran cosa. Lo increíble son los paisajes, cubiertos de nieve y el castillo enclavado en el monte en el medio de la Baviera. Al final del tour enardeció la nevada y la bajada por la pendiente se volvió un desafío de alto riesgo. Los huecos de mis Converse jodían bastante. La nevada era fortísima pero el frío no tenía comparación con el de Múnich, vivo ejemplo de la comparación entre frío seco y frío húmedo.

La comida Bávara era increíble! Perros calientes y hamburguesas flipantes, pero de las que son de verdad, las casaeras y que me gustan, no como las que sirven el Burger, no como las que usan para criar a la sociedad americana. Y la cerveza era indescriptible.

Volvía a Hohenschwangau, autobús a Fussen y par de trenes a Múnich. Par de horas y de vuelta a la capital bávara. El primer tren fue anestésico, dormí desde que me senté hasta que sonó el despertador. El segundo tren fue brillante, los calentadores hervían y los utilicé para secar los zapatos y las medias. Con los pies un poco más secos, o más bien menos húmedos, llegaba de vuelta a Múnich.

Ducha rápida en los baños de la Hauptbahnhof (Estación central) y a recorrer Múnich. El sol había salido en la Baviera, eso sí que no estaba en los planes de nadie.

Binnacle. Part II. Geneva.

I will talk about this city as Ginebra in Spanish and Geneva in the English article.

Landing, Tuesday, 22:45. Experience yields results, I had slept since the moment the plane took off. It took me about three minutes to go through customs and reach the landside area of the airport. Everything in order. First of all, I had to overlook the terminal and define my logistic.

Catching a night train to Geneva implied sleeping at Geneva's central station, which I did not knew if it was going to be open. I decided to take the first train at 5:00 am in the morning. I started looking for plugs, I needed my batteries to be fully charged. There was free WiFi at the airport.

There were some plugs, but the one I liked the most was not available, as an Argentinian film crew was shooting a movie in that area at the airport, a first WTF. I found another one, and an Hungarian girl asks me to share the space, an Hungarian girl who spoke Spanish because her father was a Chilean who got away from Pinochet, a second WTF.

I think I did slept a couple of hours, but I was under vigil for about four hours, without being sure if was sleeping, dreaming or perfectly awake. Vigil was going to become my natural state.

Train on time, arrived on Geneva in the morning. I was starting to walk around the streets of one of my fetish-cities. Few things are so unexplainable as my love for Switzerland. First I walked around the city centre, then Place Des Nations.

My headphones were at its maximum level until cops asked me to turn it down. I had forgotten that it is illegal to flush down a toilet in Geneva after 21:00, I had to respect the eternal silence so everyone could listen to the tic-tac of their watches. I did not see anyone else walking until 7:30, I was the only pedestrian in the city known as the "peace capital".

There is a Mont Blanc store per block in Geneva, and Genevoises stop there to buy a new watch or a new pen with the firmness and suppleness I stop to buy bread or milk on my way home.

Geneva's centre is not significantly different from the ones in any other small Center-European city. It has a Cathedral, a Town Hall, some Museums and the Reformation Wall. I was wearing Converse shoes, cotton t-shirt, cotton sweater, a raincoat and a pair of jeans. Yet, I wasn't properly dressed to enter to half of the coffee shops in Geneva's centre.

After walking around the centre, I head out to La Jonction, the junction of the two rivers that border Geneva and probably the ugliest neighbourhood of the city. La Junction could be compared to Serrano in Madrid, Altamira in Caracas and something like Islington (Come on you Gunners!) in London. It was cloudy and rainy, I realised my right shoe had a hole, so my socks were wet.

On the way there, I saw a couple of bars with names in Galician. I had always knew there were a lot of Galicians in Switzerland, now I see we are two regions with the same population components: corrupt people and cows.

From there to Place Des Nations, the headquarters of the United Nations. I made the tour of the place, sat next to disgusting ambassadors and politicians from all over the world. I discovered that Spain had donated about half of the building's artwork. That's everything I remember. They gave us a speech in the UN Assembly Hall. I sat on the back, charged my mobile phone and connected to Internet. I have always disliked these UN basterds, but at least they supplied me with WiFi and electrical outlets.

I demanded to be named President of Venezuela, but I was refused to. I demanded independence for Galicia, Basque Country, Catalonia, Bavaria, Brittany, Scotland, Cornwall and Lombardia; but I was refused to. At the end, I found a Spanish group in a high school trip, I unzipped my sweater to show them the Ikurriña my shirt carried, they shouted "Etarra!" at me. I'm wondering what type of school in Spain has money enough nowadays to finance a trip to Geneva. Most likely, the extremely posh people of Madrid.

I went back to the city centre to take some pictures and to drink water straight from the fountains. Drinking tap water in Geneva was addictive. I wanted to take 50 liters of Geneva's water with me. The sky was now clear and I had started to fall asleep everywhere.

I entered McDonald's to connect to WiFi and grab an ice cream. In Geneva, 90% of the people that goes to McDonald's, order Mc Nuggets. The weird ones, the ones who order burgers, eat them with knife and fork. In Geneva, they sell "Apple Pie Sundae", a gastronomically orgasmic experience. Pure extasis in the shape of warm caramelised apple with vanilla ice cream. Amazing. Also, there is a Central Perk in Geneva, the one that appears in the TV series Friends.

I was going to be hitchhiked from Geneva to Bern and there I was supposed to take a bus to Munich. The last time I took a bus from the German side of Switzerland to Germany (Zurich-Frankfurt), the German police stopped three Somalian drugdealers that were traveling on my same bus when reaching the border. There were nine hours of traveling time, I was expecting to sleep from the beginning. Conquering the Bavaria was the chosen mission. 


lunes, 25 de marzo de 2013

Bitácora. Parte II. Ginebra.

Haré referencia a esta ciudad como Ginebra en Español y Geneva en Inglés.

Aterrizaje, Martes, 22:45. La experienca da frutos, dormí desde el despegue hasta el aterrizaje. Tres minutos fue el tiempo que me tomó salir del avión hasta llegar a la terminal. Todo en orden. Empieza el overlook, primero y principal, definir la logística.

Un tren nocturno implicaría dormir en la central de Ginebra, no sabía si esta siquiera permanecería abierta. El primer tren de la mañana era a las 5. Ahora a buscar enchufes, lo fundamental de cada viaje es tener las baterías a tope.

Los enchufes sobraban pero el de mi preferencia estaba ocupado porque en el área adyacente estaba un grupo de Argentinos filmando una película, primer momento random. Busco otro, se me sienta al lado una húngara pidiéndome le dejara compartir enchufe, una húngara que hablaba español porque era hija de inmigrantes chilenos que escaparon de Pinochet, segundo momento random.

Creo haber dormido un par de horas, pero estuve en vigilia por 4, sin estar seguro si estaba durmiendo, soñando o despierto y en pleno uso de mis facultades psicotécnicas. La vigilia se convertiría en mi estado natural.

Tren a tiempo y llegada a Ginebra en la mañana. Empezaba a recorrer la que había sido hasta entonces una de mis ciudades fetiche. Pocas cosas son tan inexplicables como mi aprecio por Suiza. Primero el recorrido por el centro, después Place Des Nations.

Llevaba puesto los audífonos al máximo, hasta que la policía me pidió que los bajara. Se me olvidaba que en Ginebra es ilegal tirar del retrete después de las 21:00, silencio perpetuo que tocaba respetar para que todos pudieran escuchar el tic-tac de sus relojes. Duré hasta las 7:30 en ver a un par de personas, hasta entonces era el único en la ciudad conocida como "capital de la paz".

En Ginebra hay una Mont Blanc en la cantidad en la que en Higuerote hay una licorería, a nivel de una Mont Blanc por cuadra. Y los ginebrinos, se paran en la Mont Blanc a pillar un reloj o un bolígrafo nuevo con la soltura, firmeza y decisión con las que yo me paro a comprar una barra de pan cuando estoy de camino a la casa.

Su centro no difiere mucho del de cualquier ciudad Europea, catedral, ayuntamiento, par de museos y muro de la reforma. Llevaba Converse, camiseta, chaqueta de algodón, chubasquero y vaqueros. Sin embargo, la forma en que iba vestido no era suficientemente adecuada para que me dejaran entrar a la mitad de las CAFETERÍAS (!?!?!?) del centro de Ginebra.

Habiendo visto el centro me dirijo a La Jonction, la confluencia de los dos ríos que delimitan Ginebra, probablemente el barrio más feo y peligroso de la ciudad. La Jonction en Madrid sería algo del nivel de Serrano, en Caracas algo del nivel de Altamira y en Londres algo del nivel de Islington (Come on you Gunners!). Lluvia y cielo nublado, mi zapato derecho tiene una filtración, medias empapadas.

En el camino, dos chiringuitos con nombres en Gallego. Siempre había entendido que eran muchos los Gallegos en Suiza, ahora veo que somos pueblos cuyos dos principales elementos poblacionales son los mismos: Corruptos y Vaquiñas.

De allí a Place Des Nations, la sede de las Naciones Unidas. Se hace el tour, me codeaba junto a asquerosos diplomáticos de todas partes del mundo. Resulta que España ha donado casi la mitad de las obras de arte del edificio. Eso fue lo único que me quedó. El tour incluía un discurso en el Assembly Hall. Me senté de último, cargué el móvil y entré a internet. Los cabroncetes de la ONU nunca serán de mi agrado, pero al menos ya me dan corriente eléctrica y WiFi.

Demandé que me dieran la presidencia de Venezuela, me la negaron. Demandé independencia para Galicia, Euskadi, Catalunya, Baviera, Britania, Escocia, Cornualles y Lombardía; me la negaron. Al salir me topo con un grupo de Españoles que estaban en excursión, me abro la chaqueta y enseño mi camiseta con la Ikurriña, me gritan "Etarra!", me encanta. Me pregunto, "What the fuck, Qué instituto en España tiene pasta para financiarse una excursión a Ginebra?". Pijos madrileños, seguramente.

De vuelta al centro a hacer un par de fotos y beber agua directamente de las fuentes. El agua de grifo de Ginebra es una experiencia celestial y adictiva, me quedaba con las ganas de llevarme 5 galones de agua Ginebrina. El cielo se había despejado y yo me quedaba dormido en todos lados.

Entré a McDonald's a por WiFi y un helado. WTF. En Ginebra, el 90% de las personas que van a McDonald's, piden McNuggets. Los "raros", los que piden hamburguesas, se las comen con cuchillo y tenedor. No sé que decir. Me recordé del mítico Pie de Manzana que vendía McDonald's, bueno, en Ginebra venden el "Sundae de Pie de Manzana". Experiencia gastronómicamente orgásmica. Éxtasis puro en la forma de manzana, caramelizada y al horno, con helado de mantecado. Increíble.

Existe un Central Perk en Suiza. No, no me conseguí a Bárcenas. Pero todos los hispanoparlantes que vi en Suiza tenían uno más pinta de corrupto y ladrón que el otro.

Tenía un remolque a Berna conseguido por Hitchhikers Europe, de allí un bus a Múnich. La última vez que tomé un bus a Alemania desde la parte alemana de Suiza (Zurich-Frankfurt) detuvieron a tres camellos somalíes que iban en mi mismo bus. 9 horas de viaje, que esperaba dormir desde el inicio. La misión era conquistar la Baviera.

viernes, 22 de marzo de 2013

Binnacle. Part I. Prologue. Barajas.


I had sworn to myself to never travel again without organisation. New adventure.

I came to Madrid Airport seven days ago with the intention of throwing a dart into the departure screen of Terminal 1, destination was supposed to the random. I was hoping not to choose any place on the other side of the Atlantic, due to financial limitations. I was also hoping not to go anywhere I’ve already knew, so I could stick with my principle of traveling somewhere I’ve never been before once a year.

I found a desert screen, threw the dart into it, sparks arose. I might have got finned, yet nobody was passing by. I’ve visited the country before, yet the city was a new destination. Geneva. The French-like cantons of Switzerland are just fancy and classy, because they are French-like and not French themselves.

Mentality was more or less the same, survival. Been checking the forecast for a few days, snowstorms are expected. No short pants allowed, that just tears my soul. Bern, Salzburg, Fussen, Graz, Wien, Prague and Verona were on the route, but words like “fixed”, “planned” or “established” are not accurate to describe my itinerary. Hitchhiking at its best. There were no time constraints, as there was no return flight, booking it was on my to-do list. And then, romantic insomniac say “sleep is for the weak”, I cannot assure that, but I can sure planning ahead is indeed for the weak.

My arrival to Madrid Airport took place on March 19th 2013 at 19:00 hours, few hours before the flight. Same backpack, plenty of socks and underwear, few t-shirts, sweatpants and a pair of jeans, old-dirty Converse, few spare bucks, documentation, laptop, Kindle, mobile phones with their replacement batteries, camera, PS Vita, lots of chargers and lots of cables. 31 hours without catching any sleep. I had taken 6 exams that same day, which I required to be made on the same day to have an early holiday start. I had a good playlist and access to some plugs. Luke Rhinehart’s “The Dice Man”, the first two Sherlock Holmes novels, Emily Bronte’s “Wuthering Heights”, some short stories by Horacio Quiroga, Nietzsche’s “Thus Spake Zarathustra” and Hemingway’s “For Whom The Bell Tolls” were featuring on the Kindle. Trimmed, 10-day beard to fight the cold.

I was supposed to arrive to Geneva at night, spend the night in the airport and continue to the city in the morning.

Mental Note: Buy deodorant, buy apples, catch some sleep, making an appointment with the neurologist to check how my Parkinson is progressing.

Bitácora. Parte I. Prólogo. Barajas.


Justo cuando me había jurado no volver a viajar sin planificar. Nueva aventura.

Hace siete días vine al Aeropuerto de Barajas a lanzarle un dardo al tablero de la Terminal 1, el destino iba a ser aleatorio. Por factores financieros, deseaba que no fuera algo al otro lado del Atlántico. Por factores logísticos, deseaba que no fuera algún lugar que ya conociera, así cumplía con mi regla de conocer algún lugar nuevo en el mapa cada año. Bueno, eso ya lo cumplí, en una arrancada en enero se me ocurrió salir del centro de Madrid, llegué a Getafe. Más nunca.

Di con un tablero alejado, el dardo se afincó y del tablero saltaron chispas. Pude ser multado pero no había nadie cerca. El país era conocido, pero la ciudad era un destino nuevo. Genève, en visceralmente repulsivo francés. Geneva, en perfecto inglés. Ginebra, en castellano barriobajero, no, nada que ver la bebida. Los cantones afrancesados de Suiza tienen mucha más clase, porque por ello son afrancesados y no franceses.

El recorrido era aleatorio, al oeste esperaba Francia, no gracias. Al norte son tierras conocidas. Al sur una Italia que tienta, pero que demanda calma y presupuesto, sin mencionar que te aísla geográficamente. Al este debía ser la ruta, Alpes, Baviera y el Tirol.

La mentalidad era la misma de siempre, la de supervivencia. Varios días revisando el forecast, se esperaban tormentas de nieve. Prohibidos los pantalones cortos, me desgarra el alma. En la ruta estaba Berna, Salzburg, Fussen, Graz, Viena, Praga, Verona. El itinerario no era compatible con los conceptos “fijo”, “establecido” o “planificado”. Esto sería hitchhiking puro. No habían time constraints, puesto que no había vuelo de regreso, eso era un pendiente, uno de tantos. Y después los románticos insomnes dicen que “dormir es para los débiles”, no lo sé, pero algo es seguro, planificar sí que es de débiles.

La llegada a Barajas tiene fecha el 19 de marzo de 2013, 7:00pm de la noche, par de horas antes del despegue. La mochila no cambia, dotación de calcetines y calzoncillos, par de camisetas, chándal y un vaquero, Converse sucia y rota, pasta, documentación necesaria, portátil, Kindle, móviles con baterías de repuesto, cámara, la videoconsola portátil, muchos cargadores y mucho cableado. 31 horas sin dormir. Ese día había presentado seis exámenes, que demandé todos el mismo día para salir antes de vacaciones. Tenía un buen playlist y acceso a enchufes. En la Kindle, “The Dice Man” de Luke Rhinehart, las dos primeras de Sherlock Holmes, “Cumbres Borrascosas” de Emily Bronte, cuentos de Horacio Quiroga, “Así habló Zaratustra” de Nietzsche y “Por quién doblan las campañas” de Hemingway. Barba perfilada de 10 días, para combatir el frío.

Llegaría a Ginebra de noche, pasaría la noche en el aeropuerto y continuaría luego hacia la ciudad.

Bitácora / Binnacle

Básicamente he decidido mantener una bitácora de este último viaje, dividida en varios posts. Normalmente me las guardo, esta vez publicaré todo.

Basically I have decided to keep a binnacle of this last trip, divided in many posts. Normally I would keep it to myself, but I will publish it this time.

martes, 19 de marzo de 2013

Backpack Playlist

Preparándome para otra aventura de supervivencia. Hitchhiking puro, ya va más allá del Backpacking. Se me ocurrió la idea de hacer un Playlist con las mejores veobte canciones de viaje, que como toda selección musical, es subjetiva. Mi playlist viajero:

20. Born to Run - Bruce Springsteen
19. Highway to Hell - AC/DC
18. Caminando por la Vida - Melendi
17. Wherever I May Roam - Metallica
(Ciertísimo de que la casa ew cualquier lugar en el que se descansa la cabeza)

16. Holiday - Green Day
15. La Canción Más Hermosa del Mundo - Joaquín Sabina
14. Born to be Wild - Steppenwolf
13. Proud Mary - Creedence Clearwater Revival
12. El Kilo - Orishas
11. Sleep Now in the Fire - Rage Against the Machine
10. Caminante No hay Camino - Serrat
(Porque se hace camino al andar!)

9. This Time Tomorrow - The Kinks
8. On the Road Again - Willie Nelson
7. Desaparecido - Manu Chao
6. Road Trippin' - Red Hot Chili Peppers
5. I've been Everywhere - Johnny Cash
(Define hitchhiking en los primeros 10 segundos del tema)

4. Hotel California - Eagles
3. Paper Planes - M.I.A
(También mi canción predilecta en el Casino)

2. The World at Large - Modest Mouse
1. Wonderlust King - Gogol Bordello

lunes, 18 de marzo de 2013

Alfie. Hitch.

Crecer humilde y nunca olvidar los orígenes. Nunca dejar que lo que el resto del mundo pensara de él le afectara. Convertir la atorrancia y la pedancia en formas de intelecto único. Salvaguardar y transformar los ideales de un país de forma simultánea, un país ahogado dentro de baños sociales.

Saber reinventarse, saber botar la casa por la ventana cuando se tenía un buen pálpito, saber distinguir la perfección de la mediocridad en cuestión de segundos. Saber adaptarse a intelectos mediocres, propios de los valles californianos y de una decadente sociedad que se criaba a base de hamburguesas baratas.

Añadirle vértigo a la pausa, para devolverle pausa al vértigo. Esperar lo inesperado. Meterse en papeles que no le correspondían para el mejor entendimiento de sus obras. Caer en lo más sórdido y mórbido posible sin perder la gracia y la elegancia en el relato. Convertir al ego y a la terquedad en algo admirable, hacer de ello un valor positivo y una cualidad envidiable.

Visualizar los gritos de la audiencia antes de que sucedan, burlar aduanas francesas, repulsiones hacia los aspectos más ordinarios, simplificación de lo complejo y estratificación de lo simple.

Adelantado a su época. Atrasado respecto a su época. Perpetuo en el tiempo. Otros intentarán crear suspenso, pero no habrá otro Master of Suspense. Siempre será el mejor y el más único. Sólo habrá un Alfred Hitchcock.


jueves, 14 de marzo de 2013

Lágrimas de Peißenberg.


Básicamente, hay una pequeña aldea en el medio de la nada en la Baviera alemana, llamada Peißenberg, con una población de apróximadamente mil personas, la mayoría de ellos granjeros. Juzgando a partir de los correos que he enviado al ayuntamiento de la aldea, ninguno de ellos es capaz de hablar en Inglés o Castellano. Se supone que llegaré a la estación de trenes de Peißenberg y de allí tomaré un autobús.

Hay un período de ocho minutos desde el momento en que llego a la estación y el momento en que se va mi autobús. La parada de autobús ni siquiera sale en Google Maps (Todo sale en Google Maps!). Viajo solo. No tengo forma de comunicarme electrónicamente/digitalmente con el resto del mundo. La temperatura estimada en Peißenberg en ese momento será de -7 grados, con fuertes vientos y bajo una nevada intensa. Contemplo, tres posibles escenarios:

A) Ya sé que soy el ser más afortunado de la historia. Sére capaz de bajarme del tren, conseguir la parada de autobús correcta y montarme en el autobús correcto para continuar mi viaje y seguirme adentrando a la Baviera alemana.

B) Una lápida leerá: "José Francisco Montouto Vázquez. Caracas, Venezuela, 25/01/1994 - Peißenberg, Alemania, 21/03/2013. Gallego de corazón, no se arrepiente de ningún instante de su vida".

C) De casualidad, alguien de Peißenberg leerá este mensaje, se apiadará de mí y me ayudará.

Into the Wild. Never Stop Exploring.

Un hombre no puede cambiar de pasión...


"La verdad es que no sé que hacer. Morales cada día que pasa esta peor, el asesino sabe que lo estamos buscando, tengo un juez que es un estúpido, a Irene la quiero matar. Y el único tipo en el que confío en este mundo es un borracho, un pelotudo de mierda. Tengo una ventaja...chiquita, pero es una ventaja..Hoy es 28, ¿No es cierto? El borracho pelotudo todavía no cobro el sueldo, el del mes pasado ya se lo chupó. Asi que cuando el barman quiera cobrar el tipo se va a enfrentar a un dilema: O le dice que no tiene plata, va en cana, se agarran a trompadas, se arma flor de quilombo y su mujer definitivamente lo echa de su casa. O se da vuelta hacia el boludo de su jefe, que vengo a ser yo, y le pide que pague. Eso si, como el jefe es boludo pero no es tan boludo va a pagar..una vez más, pero se lo va a cobrar con un favor. Y el borracho pelotudo no le va a poder decir que no, ¿No es cierto?" ...El Secreto de Sus Ojos.

Posiblemente la mejor pieza cinematográfica de habla hispana de la historia. Juan José Campanella, genialidad más allá de lo humano.

Retomaré el Blogging.