jueves, 28 de marzo de 2013

Bitácora. Parte IV. Múnich.

Salgo de la estaciób entral de Múnich, tenía idea de más o menos todo lo que había por recorrer, me había aprendido el mapa del metro y de la ciudad. Tenía un abono que me permitía explotar cualquier medio de transporte bávaro, el mismo que me había valido para conquistar la Baviera. Era mediodía, hacía frío seco pero nada que ver como el de la noche. Había salido el sol, un día rarísimo en la Baviera. La primera parada estaba clarísima, la planta de la BMW.

Llego a la planta, me dan el tour en el que prohiben fotos y paso a la parte de exhibición. La fabricación de los BMW era supuestamente impresionante, yo más bien me quedaba dormido, los coches no eran lo mío. Lo que me interesaba era pasar al pabellón de exhibición, donde me dejaron manejar un BMW (Sin sacarlo del recinto, porque me dio miedo, ya que en Alemania tocan corneta a quien conduzca por debajo de 120 Km/h) y donde pude hacer un par de fotos. Era la única persona que no estaba en traje en la planta, me sentía como un vago, cliché de las cafeterías ginebrinas.

Múnich es moderna, tiene al Bayern, paga bien y se come bien. Además es la Baviera, son una región con cultura e historia propia y diferente del resto de Alemania, pero son mejores que el resto del país, son un poco como el País Vasco o Galicia en España. Fue además inaccesible históricamente por su clima (Que sí es jodido) y geografía.

Desde la BMW, toca recorrer el parque olímpico de Múnich, contiguo a la fábrica. Omitiremos la visita al Estadio Olímpico, las atracciones principales son la Torre Olímpica y el Walk of Stars. La verdad es que Múnich se dotó muy bien para sus Juegos Olímpicos, las instalaciones eran de lujo. La Torre Olímpica ofrece unas vistas impresionantes de todo Múnich y el Walk of Stars tenía las huellas de Metallica, Rammstein y otros; era increíble.

De allí toca ir al templo, al Allianz Arena, casa del Bayern y mejor estadio de Europa. El estadio es acojonante, logré ver la parte del campo saltando un par de rejas y todo el exterior, pero me ahorré el tour así que no pasé a vestuarios y sala de prensa. Éxito total, no sonó ninguna alarma ni me expulsaron del recinto.

En ese momento la tuve clara, la nueva misión sería aprender alemán. Es graduarse rápido y venir a trabajar a Múnich, hacerme socio del Bayern, buscarme una novia Alemana y tener hijos rubios y albinos que se llamen Franz y Bastian (Por Beckenbauer y Schweinsteiger) que desde los tres años sean canteranos del Bayern. Múnich era totalmente increíble. Igual aplicaba la del Gallego, montaba una Conserjería en Múnich.

Del Allianz se pasa a recorrer el centro de la ciudad, cátedral, ayuntamiento, DeutscheMuseum y los Jardines Ingleses, que son el mayor jardín de cerveza en toda Europa y la sede del Oktoberfest más grande del mundo. La cerveza Bávara no tiene comparación. A Múnich se vuelve, que yo diga eso de una ciudad es díficil. Para un Oktoberfest, seguramente.

Múnich cae en eso de Londres que no sé si definir como un vicio o una virtud, todo cierra temprano. A las 21:00 se apaga la ciudad, todos en cama antes de medianoche. Para mí es cada vez es más una virtud. Esa mala y desagradable costumbre de que todo sea hasta tarde para luego llegar de madrugada, es un cáncer que sufre cada país latino y que nos cohibirá de alcanzar el grado de desarrollo germano/anglosajón. Muy enamorado de Baviera como región.

Me costaba asimilar que había visitado el Castillo de Neuschwanstein, el Allianz Arena, la Villa Olímpica de Múnich y la planta de la BMW; estado en una tormenta de nieve, conquistado la Baviera y pasado 4 horas entre trenes en un mismo día. Era mucho.

Volvía la estación central, recargaba las baterías y pillaba un tren a la frontera austríaca cerca del Nido del Águila (El palacio de Hitler) y de allí un bus corto a Vienna. Conseguí WiFi y compré un vuelo de vuelta, de Bergamo a Santander, volar a Madrid costaba 120€, a Santiago 100€ y a Santander 11€; después descifraría como llegar al norte de Italia para agarrar el vuelo. Mi tren salía a las 23:00, se suponía llegaba a Vienna a las 05:00. Seguía la aventura.

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